domingo, 22 de abril de 2007

Cotidianidad y nada interesante que decir

Faltando poro para medianoche, percibo el lugar en donde debiese estar el cenicero con el cigarrillo ya consumido (cenicero y cigarrillo que no existen, ocupando sólo un espacio dentro de lo intangible), se observa la taza vacía con leves marcas color café y olor a grano tostado. En un costado se acumulan los textos a medio tragar, algumos masticados, otros ya deglutidos.
En este momento, el entorno está helado, el frío hace que la punta de la nariz se encuentre al más puro estilo de "La noche de las narices frías". También, en este contexto, adquirió protagonismo la "chomba" azul regalona, tejida y regalada por/de la tía.
Se puede decir que ese estado maldito de somnolencia constante (no sé el término científico) no dejó de aparecer esta vez, generando así ese estado limbo entre lo onírico y lo real. Es por ello que puedo decir que no tengo la certeza absoluta que, efectivamente, ahora estoy frente al computador escribiendo estas líneas, contándoles en parte, la cotidianidad del momento.
Hacia el exterior, distingo una noche nublada, ambigua, solitaria, un tanto triste. Me da pena ver la tristeza de la noche, en escuchar ese silencio del cual también estoy formando parte. Víctimas del mutismo.

Un poco de cotidianidad, hace falta un mate ya cebado, el roce caliente de los labios con la bombilla metálica. Eso y el poncho que no tengo y que quisiera tener.

Hace un rato sonaba "El Aparecido", versión Inti y versión Victor. En el mismo lugar sonó también la deliciosa "música fractal", además de unas tantas canciones andinas.

Cotidianidad.

.Asuntos de la cotidianidad.